Cristo es precioso para los que creen
(2022)

Nonfiction

eBook

Provider: hoopla

Details

PUBLISHED
[United States] : FELIPE CHAVARRO POLANÍA INC, 2022
Made available through hoopla
DESCRIPTION

1 online resource

ISBN/ISSN
9798201131142 MWT15406940, 8201131142 15406940
LANGUAGE
Spanish
NOTES

"¡Sí, Él es muy precioso para ustedes que creen!" 1 Pedro 2:7 ¡Cristo es precioso! "Es mi más ferviente deseo que este pequeño libro pueda servir para encender y promover el afecto devoto a Cristo, en aquellos que lo lean". El tema al que se invita a la atención del lector en estas páginas es de la más alta importancia, ya que el amor al divino Redentor es la característica distintiva de un verdadero cristiano, y el requisito más indispensable para que podamos servir a Dios aceptablemente en este mundo, y para que podamos morar con él en el otro mundo. Sin un apego sincero y amoroso al Autor de la salvación eterna, cualesquiera que sean las obras de moralidad que realicemos, nuestra obediencia será material y esencialmente defectuosa, por no fluir de un principio adecuado. El amor es el padre y promotor de todo lo excelente y amable en el carácter cristiano. Se difunde a través de toda la cadena de acciones santas. Les da todo su movimiento y los dignifica con todo su valor real. La elocuencia de los hombres, o incluso de los ángeles, el don de profecía, el conocimiento de todos los misterios, el poder de obrar milagros, la más amplia liberalidad para con los pobres, e incluso el sufrimiento del martirio, son todos insignificantes e inútiles sin el amor a Jesús. El que nos ha amado hasta dar un rescate por nuestras almas, el que ha sido levantado en la ignominiosa cruz para atraer a todos hacia sí, propone a los que profesan ser sus discípulos la solemne e importante pregunta: "¿Me amáis?". Él no valora nuestro servicio, si el corazón no está en él. Conoce lo que hay en el hombre; ve y juzga el corazón, y no tiene en cuenta los actos externos de obediencia, si no se emplea en ellos un afecto devoto. No basta que los ojos se eleven hacia él, o que la rodilla se doble ante él; no basta que la lengua se emplee en hablar de él, o que la mano actúe por su interés en el mundo. Todo esto lo pueden hacer aquellos cuya religión es una mera pretensión. Pero el corazón, con todas las facultades y pasiones internas del alma, debe serle entregado en primer lugar. "La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con sinceridad;" y como consecuencia natural de ello, guardan sus mandamientos. Quisiera fundamentar las siguientes observaciones en las palabras del apóstol Pedro: "Sí, es muy precioso para vosotros los que creéis". 1 Pedro 2:7. La palabra precioso, significa honor, precio, o preciosidad en sí; lo que es de valor infinito. Las personas para las que Cristo es precioso, se dice, con gran propiedad, que son los que creen. Los incrédulos no ven en él ninguna belleza o majestuosidad, ni ningún encanto para desearlo. De ahí que tengamos tantas nociones extrañas sobre su adorable persona. Muchos se atreven a negar al único Señor que nos compró con su propia y querida vida, y lo sustituyen por una mera criatura en su habitación. Hay otros que tienen conceptos tan bajos e irreverentes de él, como si no conocieran el valor de su persona, su obra y su sacrificio, en el asunto de nuestra salvación. En cambio, no hay nada en nuestra religión que tenga verdad, realidad o sustancia, sino en virtud de su relación con Cristo y de lo que ha realizado en la tierra en nuestro favor

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