Read by Rosalyna Toth

El bullicio de la multitud est̀ disminuyendo y el zool̤gico se queda en silencio por la noche. El oso polar toma la pelota y la rebota sobre la cancha; el juego nocturno comienza. Una rana se une al juego para jugar uno a uno y luego, un pingu·ino entra caminando como un pato para unirse al equipo. Cuenta c̤mo va creciendo el juego conforme se va su mando cada nuevo animal y el campo de jugadores llega a diez. Tres cebras sirven participan como ̀rbitros y llevan el cron̤metro, porque este juego debe terminar antes que la cuidadora del zool̤gico haga sus rondas

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